jueves, 9 de octubre de 2014

Facebook y la súper-socialización



Querido lector, en el momento en el que empiezo a escribir esto, el día 7 de Octubre de 2014, facebook ( FB ) tiene una población de usuarios activos de 1.230 millones en todo el mundo. Pero, vamos a expresar el número de otra manera: 1.230.000.000 personas activas en FB. Algo increíble teniendo en cuenta que FB acaba de cumplir diez años de vida.

1.230 millones de personas interaccionando entre sí... En principio parece un dato positivo, pero, como todo, tiene un lado oscuro. Tal interacción no se había dado nunca antes en la historia de la humanidad, al menos si la teoría de la evolución es cierta y no hay alienígenas por medio. El hecho es que esta híperconectividad es a la comunicación del siglo 20 lo que la computación cuántica es a la ciencia del siglo 20, ininteligible e inabarcable para las mentes de a pie, todavía no controlada ni por los mejores expertos. Cada uno de esos usuarios puede publicar en el mismo día, creando un pulso que se repite día a día, hora a hora y minuto a minuto. Cada segundo se vierten solo en esta red toneladas de opiniones, muchas con carácter público, que, sin duda alguna, serán vistas por personas que no estén de acuerdo con ellas. Eso lleva inevitablemente a un conflicto, ya sea interiorizado o expuesto nuevamente como otra opinión pública. Y así se repite una y otra vez el ciclo, friccionando sobre la propia red de pensamientos, cargándola de energía estática, que ha de ser descargada en algún momento.

FB en sus inicios era como un pequeño afluente, fresco, divertido, alegre y útil para quien lo quisiera. Poco a poco ese río fue cargándose con mas gotas de agua, cada opinión, cada “me gusta”, que iban haciendo que creciera mas y mas. Pronto se convirtió en un gran río, donde todas las gentes del lugar podían beber y sumergirse de vez en cuando, aunque otros también lo usaban para orinar, defecar o... tirar cadáveres. De igual manera, todos querían saber de ese gran río, y fueron a verlo. Era tan ancho como una ciudad, iba manso pero con una potencia oculta mucho mas grande de lo que se podía pensar. Todos se sumergieron y bebieron, y orinaron, y echaron mas y mas cadáveres, y el río se volvió irascible, se desbordó de una manera tal que abarcó toda la tierra seca... Una especie de gran diluvio universal.

Después de esta parábola creo que empezarás a comprender el por qué de este escrito. FB es una comunidad gigantesca, una internet dentro de internet, y como dice un amigo: “ cada vez que veo a un grupo de personas reunido me da miedo lo que puede salir de ahí “. FB era en su concepto una red para favorecer la comunicación entre estudiantes, después pasó a ser entre cualquier persona y ahora ha alcanzado un nuevo término, una especie de nirvana social que nos despeja dudas. En una suerte de retroparadoja, al hacer que nuestra fachada sea lo importante, nuestro muro, pero que podamos hacerlo tras el “anonimato” de la distancia y el espacio, nos muestra en realidad nuestra verdadera cara. Pone en evidencia nuestras carencias de una manera tan fulminante que no llegamos a darnos cuenta siquiera.

Igual que mucho de los productos de esta nueva generación, FB está ideado para revolver a nuestro ego al igual que un vomitivo está pensado para revolver nuestro estómago y que la comida en él ( nuestra “verdad” ) se expulse violentamente. Nuestro ego es nuestro punto mas débil, y FB lo sabe y ataca con sus “me gusta” y comentarios. Tuve un profesor de Marketing digital que decía que a todos nos pica el ego, todos queremos ser reconocidos y que haya personas que nos “sigan”. El auténtico y terrible éxito de las redes sociales es la alimentación del ego.

Por supuesto que las redes sociales sirven para muchas otras cosas. Hacer amigos, quedadas, tener tu propio espacio, conseguir trabajo... Todas grandes cualidades, sin embargo ensombrecidas en este nuestro mundo en el que la autoestima se escapa entre los dedos de las modas.



A veces me siento observador imparcial de todo esto, pues intento apartarme de lo concreto y observar desde otro punto de vista. Y se ven las carencias de las personas. Sonrisas corroídas por segundos de tiempo que son eternos. Vástagos usados como atracción, que, como las plumas de un pavo real, el individuo esgrime esperando conseguir algo de contacto, y esa espera queda en nada, un código informático que te hace vivir por un segundo, para después volver a morir. Cuentas vacías...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por comentar!