Querido lector, en el momento en el que empiezo a escribir esto, el día 7 de Octubre de 2014, facebook ( FB ) tiene una población de usuarios activos de 1.230 millones en todo el mundo. Pero, vamos a expresar el número de otra manera: 1.230.000.000 personas activas en FB. Algo increíble teniendo en cuenta que FB acaba de cumplir diez años de vida.
1.230 millones de personas
interaccionando entre sí... En principio parece un dato positivo,
pero, como todo, tiene un lado oscuro. Tal interacción no se había
dado nunca antes en la historia de la humanidad, al menos si la
teoría de la evolución es cierta y no hay alienígenas por medio.
El hecho es que esta híperconectividad es a la comunicación del
siglo 20 lo que la computación cuántica es a la ciencia del siglo
20, ininteligible e inabarcable para las mentes de a pie, todavía
no controlada ni por los mejores expertos. Cada uno de esos usuarios
puede publicar en el mismo día, creando un pulso que se repite día
a día, hora a hora y minuto a minuto. Cada segundo se vierten solo
en esta red toneladas de opiniones, muchas con carácter público,
que, sin duda alguna, serán vistas por personas que no estén de
acuerdo con ellas. Eso lleva inevitablemente a un conflicto, ya sea
interiorizado o expuesto nuevamente como otra opinión pública. Y
así se repite una y otra vez el ciclo, friccionando sobre la propia
red de pensamientos, cargándola de energía estática, que ha de ser
descargada en algún momento.
FB en sus inicios era como un
pequeño afluente, fresco, divertido, alegre y útil para quien lo
quisiera. Poco a poco ese río fue cargándose con mas gotas de agua,
cada opinión, cada “me gusta”, que iban haciendo que creciera
mas y mas. Pronto se convirtió en un gran río, donde todas las
gentes del lugar podían beber y sumergirse de vez en cuando, aunque
otros también lo usaban para orinar, defecar o... tirar cadáveres.
De igual manera, todos querían saber de ese gran río, y fueron a
verlo. Era tan ancho como una ciudad, iba manso pero con una potencia
oculta mucho mas grande de lo que se podía pensar. Todos se
sumergieron y bebieron, y orinaron, y echaron mas y mas cadáveres, y
el río se volvió irascible, se desbordó de una manera tal que
abarcó toda la tierra seca... Una especie de gran diluvio universal.
Después de esta parábola creo que
empezarás a comprender el por qué de este escrito. FB es una
comunidad gigantesca, una internet dentro de internet, y como dice un
amigo: “ cada vez que veo a un grupo de personas reunido me da
miedo lo que puede salir de ahí “. FB era en su concepto una red
para favorecer la comunicación entre estudiantes, después pasó a
ser entre cualquier persona y ahora ha alcanzado un nuevo término,
una especie de nirvana social que nos despeja dudas. En una suerte de
retroparadoja, al hacer que nuestra fachada sea lo importante,
nuestro muro, pero que podamos hacerlo tras el “anonimato” de la
distancia y el espacio, nos muestra en realidad nuestra verdadera
cara. Pone en evidencia nuestras carencias de una manera tan
fulminante que no llegamos a darnos cuenta siquiera.
Igual que mucho de los productos de
esta nueva generación, FB está ideado para revolver a nuestro ego
al igual que un vomitivo está pensado para revolver nuestro estómago
y que la comida en él ( nuestra “verdad” ) se expulse
violentamente. Nuestro ego es nuestro punto mas débil, y FB lo sabe
y ataca con sus “me gusta” y comentarios. Tuve un profesor de
Marketing digital que decía que a todos nos pica el ego, todos
queremos ser reconocidos y que haya personas que nos “sigan”. El
auténtico y terrible éxito de las redes sociales es la alimentación
del ego.
Por supuesto que las redes sociales
sirven para muchas otras cosas. Hacer amigos, quedadas, tener tu
propio espacio, conseguir trabajo... Todas grandes cualidades, sin
embargo ensombrecidas en este nuestro mundo en el que la autoestima
se escapa entre los dedos de las modas.
A veces me siento observador
imparcial de todo esto, pues intento apartarme de lo concreto y
observar desde otro punto de vista. Y se ven las carencias de las
personas. Sonrisas corroídas por segundos de tiempo que son eternos.
Vástagos usados como atracción, que, como las plumas de un pavo
real, el individuo esgrime esperando conseguir algo de contacto, y
esa espera queda en nada, un código informático que te hace vivir
por un segundo, para después volver a morir. Cuentas vacías...
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