viernes, 4 de noviembre de 2016

Petróleo negro

A veces, la vida se ralentiza. Cada paso es largo y meditado. Una respiración dura siglos. Todo se mueve a tu alrededor mas rápido que tú. Acéptalo.

La ansiedad nos hace percibir el mundo de una manera desquiciada. Una presión fuerte en tu abdomen. Una sensación de cosquillas eléctricas que suben desde tu ombligo a tu pecho, y por dentro de este llegan a tu cuello,a tu nuca, y la atenazan. El cuero cabelludo se tensa, los ojos miran pero no ven.
Todo empieza con un estallido de luz oscura en un punto algo mas arriba del ombligo. Una plasta negra que emite esa vibración que te enerva. La plasta negra te quita el hambre. Te quita la felicidad. Te quita la concentración. Hay que exterminarla.

Se hace con paciencia. Con sonrisas, besos y miradas agradables. Con actividades divertidas. Tomando el control de tu cuerpo, tu salud y tu vida. Mira hacia el cielo y no la temas. En realidad es mucho menos importante de lo que parece. Cuando la hayas olvidado no te creerás que la temiste. Y créeme, la olvidarás. Porque tiene cura, y mas accesible de lo que crees. Sé valiente e inténtalo.

Nos vemos en la cima.